Cantos nómadas

Cants nòmades, Freixas

¡Feliz lunes! Otra semana que comienza y espero que en ella te vaya muy bien o, por lo menos, con pocos sobresaltos. Comenzamos con música española para que sirva de pórtico a esta semana. De nuevo vamos a estar de enhorabuena porque quien nos visita hoy aparece por primera vez en este pequeño rinconcito. Una vez más, engrosaremos nuestro conocimiento con nuevos maestros y nuevas músicas.

Narcisa Freixas

En este caso será maestra, porque se trata de Narcisa Freixas (1859-1926), compositora, escultora y pintora española nacida en la localidad catalana de Sabadell. Su padre era escritor y pedagogo, y ella también se dedicó a la pedagogía en una época en la que la mujer tenía poco acceso a ello. Su padre le permitió que cultivase sus aficiones musicales y estudió con Joan Pujol. Debió ser tan buenas que algunas familias pudientes le encargaron la educación de sus hijas. Sus composiciones tuvieron tanto éxito que su familia, alarmada, decidió apartarla de las artes no sea que decidiese dedicarse a ellas de por vida. Sin embargo, no dejó de componer ni mucho menos y se dedicó a protagonizar intensamente la vida musical catalana. Personajes como Jacinto Verdaguer, Rubén Darío o Eugenio d'Ors acudieron a visitarla y conocerla. Su fama trascendió las fronteras catalana ya que en 1917 fue invitada al Ateneo de Madrid para que explicase sus labores pedagógicas. La obra de su vida, como ella decía, era Cultura Musical Popular, una entidad que se dedicó a popularizar la música en esa época y que, desgraciadamente, desapareció tras su muerte.

Disfrutemos de sus Cants nòmades. Se trata de una composición compuesta para piano y publicada en el primer cuarto del siglo XX. Aquí la compositora nos muestra varias facetas. Por un lado la pedagógica, ya que su vean educativa musical la tenía siempre presente. El folklore (catalán obviamente) también recorre en forma de aliento estas suites que Freixas las recopiló en forma de suite que es única en su catálogo. La compositora llena las piezas de ostinatos y notas pedales que, a modo de sostén, son el fundamento de unas melodías que son encantadoras.

La interpretación es de Ester Vila al piano.

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