Concierto a tres

Triple Concerto, Beethoven

¡Feliz viernes! El título de la publicación podría sonar a una composición del barroco pero no es así. Vamos a encaminarnos al fin de semana con la música de un visitante asiduo que celebró su aniversario el pasado 2020 pero que un virus se encargó de empañar. En cualquier caso, siempre nos queda su música. Esta puede ser que hace tiempo haya sonado por aquí (lo mismo no) pero no está de más su recuerdo.

Ludwig van Beethoven

Antes que nada, dediquémosle un rato al compositor: Ludwig van Beethoven (1770-1827), compositor alemán nacido en Bonn. Después de su segunda visita a Londres Haydn regresó a Viena y Beethoven se apresuró a estudiar sus nuevas sinfonías, que formaban la cúspide junto con las finales de Mozart. Tuvo la suerte de que el potente editor Artaria le ofreciese un contrato para publicar sus tríos. Se agenció, por sus primeras publicaciones, ochocientos florines, una cantidad nada desdeñable. Beethoven, como el salzburgués, se había dado cuenta de que si en Viena no se era un concertista virtuoso, había que buscarse la vida urgentemente de otra forma porque si no se complicaba la cosa. Quiso componer los tríos más ambiciosos de su tiempo, algo que hizo sin demasiado problema; forman su opus 1, publicados en 1795.

Hoy escucharemos el Concierto para violín, chelo y piano en do mayor, op. 56, que se conoce como Triple Concerto. A veces es tratado como una obra menos redonda pero lo primero que hay que saber de ellas es que Beethoven la escribió para un pianista aficionado, aunque la parte de chelo es muy exigente. Desde su estreno, en 1808, el concierto no ha gozado de mucha popularidad. El primer movimiento lleva la indicación de Allegro. Está escrito en forma sonata, con los temas a cargo de la orquesta. El piano acompaña casi siempre de forma subsidiaria a los dos instrumentos de cuerda. El segundo movimiento es un Largo muy compacto aunque con una melodía cantable y poética, especialmente en el chelo. Termina con un Rondo alla Polacca, algo que se aprecia más en el ritmo que en las melodías.

La partitura de la composición puede conseguirse aquí.

La interpretación es de Martha Argerich (piano), Renaud Capucon (violín), Gautier Capucon (chelo) y la Joven Orquesta Simón Bolívar de Venezuela dirigidos por Gustavo Dudamel.

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