¡Feliz miércoles! El universo es obviamente fuente de fascinación desde una gran multitud de puntos de vista. El musical no va a ser menos, y el maestro de hoy, uno de los grandes nombras del siglo XX, lo va a hacer de una forma muy especial.

Nos visita hoy Krzysztof Penderecki (1933-2020), compositor polaco nacido en Dębica y fallecido en Cracovia. Fue uno de los compositores más conocidos y escuchados de la segunda mitad del siglo XX. Lo primero que destaca de su carrera es el gran proceso evolutivo que experimentó. Empezó con un estilo realmente radical, pero poco a poco se desplazó hacia una armonía mucho más tradicional, que hay quien ha llamado neorromanticismo. En 1959, tres de sus composiciones (bajo seudónimo) ganaron un prestigioso premio y, a partir de ahí, sus obras se hicieron cada vez más conocidas. Entre esas primeras características de su música encontramos: glissandi, clústeres sonoros, sonidos indeterminados, interjecciones habladas, efectos aleatorios, gritos, etc. Ese lenguaje particular ha hecho que su música sea muy reconocida gracias a sus características.

La obra suya que hoy vamos a escuchar es Kosmogonia, composición para solistas, coro y orquesta estrenada en 1970 en la sede de las Naciones Unidas (quien la encargó) de Nueva York. Es una obra inquietante, intensa, siniestra, espectacular. Usa unas técnicas totalmente poco convencionales y se dice que es una de las composiciones más oscuras de Penderecki. El texto está en latín, italiano, ruso e inglés con citas de Copérnico, Nicolás de Clusa, Lucrecio, el libro del Génesis, Sófocles, Leonardo y otros. Aquí escuchamos esas características radicales de la técnica musical de Penderecki. Se divide en dos movimientos: Arché («Origen»), con unos espectaculares clústeres; Apeiron («Infinito»), que trata sobre el genio de la humanidad y el cosmos. Aquí escuchamos glissandi mezclados con las voces, creando un efecto espectacular.

La interpretación es de solistas, Orquesta y Coro Filarmónicos de Varsovia dirigidos por Antoni Wit.