Credo

Credo, Stravinski

¡Feliz martes! Siempre las músicas asociadas a la protestación de la fe católica suelen ser rotundas debido, precisamente, a la contundencia del texto. Así podemos calificar hoy la música, que viene de la mano de uno de los grandes nombres del pasado siglo XX y de quien hoy celebramos el aniversario de su fallecimiento.

Ígor Stravinski

Recordamos a Ígor Stravinski (1882-1971), compositor ruso nacido en Oranienbaum y fallecido, un 6 de abril, el Nueva York. Siempre que se habla de este gran maestro se alude a su polémica con los conciertos de Vivaldi. A este respecto, el ruso dijo: «Vivaldi está muy sobrevalorado. Cualquier aburrido podría componer en la misma forma tantas veces»; la forma a la que se refiere es la del concierto. Quizá aludía Stravinski al carácter conocido y reconocible del veneciano así como a su gusto por una melodía que también era una característica suya. No creo que quisiese ser tan despectivo como otros después pusieron en su boca pero lo cierto es que la cita está ahí. Sea como fuere, lo cierto es que Stravinski es uno de los principales compositores del siglo XX, cuyas obras destacan por un uso, cuanto menos audaz, de la armonía.

Disfrutemos de su Simbol'vyeri, es decir, de su «Credo», composición de 1932 de la que luego hizo dos versiones. Es una obra que se basa en textos ortodoxos, que era la fe que profesaba el compositor. Escuchamos aquí una serie de características presentes en sus obras tempranas: uso de la homofonía, notas pedales y una apuesta bastante concienzuda por las notas pedales. Stravinski compuso la obra cuando, siendo un joven que vivía en París, se acercó a diversas ceremonias litúrgicas ortodoxas de la capital. El maestro compone con un estilo sobrio que casi podríamos decir que es medieval pero sin perder nunca su peculiar estilo.

La ingerpretación es del Coro de la Catedral de Edimburgo dirigidopor Duncan Ferguson.

Volver arriba