¡Feliz jueves! ¡Que no se nos olvide que todavía estamos en tiempo de Pascua! Por ello, aún es el momento de celebrar que Cristo está vivo y que ha vencido a la muerte. Sobre él ya no tiene poder y sobre nosotros tampoco, a pesar de que tengamos que pasar por esa etapa. La música de hoy nos lo va a recordar especialmente.

Hoy contamos con la presencia de Felice Anerio (1560-1614), compositor italiano nacido en Roma. En su momento vital fue uno de los maestros más destacados de su tiempo. Sabemos que compuso varias obras y otras muchas que le fueron atribuidas no está claro si finalmente son suyas o no. Era el compositor papal por antonomasia y para ellos compuso y publicó una gran cantidad de piezas influidas por Palestrina y por toda la corriente tras Felipe Neri. Hizo un uso abundante de la composición a dos coros, dotando a su música de una gran emoción a la vez que intentaba sobrepasar las convenciones que había alrededor de la modalidad, tan omnipresente en su época.

Escuchemos su motete Christus resurgens, a ocho voces. Es una obra que se conserva en varios manuscritos vaticanos, por lo que debió de ser tenida en gran estima. La alegría desborda cada nota y cada compás de este bello motete. Anerio se las arregla para que la polifonía suene por momentos con las ocho voces y en otros con las dos partes respondiéndose. La alegría aparece en los primeros compases mientras las voces agudas entran con una alegría desbordante y una polifonía que constantemente está atenta al texto que nos cuenta cómo Cristo, una vez muerto, resucitó y está vivo. Como siempre en estas obras, el broche de oro lo ponen los aleluyas finales.

La interpretación es de Odhecaton dirigido por Paolo da Col.