La Cruz triunfa

Crux triumphans, Compère

¡Feliz miércoles! Ese es, ni más ni menos, el misterio de nuestra fe: que la muerte no tiene poder y que quien triunfa es la Vida. Tras eso, nuestra única misión en este mundo es ser transmisores de vida, lo cual no es poco ni muchísimo menos. La música de hoy, impresionante, trata sobre esta cuestión.

St. Quentin

Se encarga de ella Loyset Compère (c. 1445-1518), maestro franco-flamenco nacido en la provincia de Artois. Es de la misma generación que Josquin y fue uno de los primeros compositores en traer el estilo italiano a la música francesa, y ello gracias a su trabajo para la capilla de Galeazzo Sforza, duque de Milán. Tras la muerte de este no se sabe muy bien dónde terminó Compère per puede ser que marchase a Francia. En 1486 estaba en la capilla de Carlos VIII. En 1498 fue nombrado deán de la iglesia de San Géry en Cambrai, donde terminó sus días. Algunas innovaciones que se pensaban fueron introducidas por Josquin se sabe ahora que fueron desarrollada antes por Compère. Podemos dividir su música entre las que se basan en un modelo borgoñón (recogiendo el testigo de Dufay) y las que siguen patrones italianos.

Disfrutemos de su motete Crux triumphans. Es una obra a cuatro voces especialmente pensada para la adoración de la cruz, a pesar de que el texto usado no es litúrgico. Ottaviano Petrucci lo publicó a comienzos del XVI y eso hizo que se popularizase. La potencia del texto y lo directo del mensaje musical por parte de Compère hacen una conjunción perfecta para su uso durante el Viernes Santo. En la primera estrofa se adora a la cruz y en la segunda se alude a su sagrado nombre. Aparecen breves momentos a dúo y otros en imitación que van interrumpiendo la textura principalmente silábica. Es sobrecogedora la aparición del versículo adoramus te, en la primera parte.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Cantus Figuratus.

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