Desilde al cavallero

¡Feliz jueves! No, no me he equivocado escribiendo la palabra. Así es la grafía de la canción en la que se basa la impresionante y desconocida obra de hoy, que salió de las manos de uno de nuestros más insignes compositores, un asiduo de este rincón.

Me refiero a Cristóbal de Morales (h. 1500-1553), compositor español nacido en Sevilla. Es probable que muriese en la localidad también sevillana de Marchena (o quizá en Málaga, no hay pruebas concluyentes). Estudió en su ciudad natal probablemente con Francisco de Peñalosa, y allí fue organista. Es posible que llegase a conocer al maestro Nicolás Gombert, el compositor flamenco de Carlos V. Luego fue maestro de capilla de la catedral de Ávila para pasar con posterioridad por un largo periodo en Italia, donde fue miembro de la capilla papal de Pablo III. Regresó a España y trabajó en distintas catedrales. Tenía fama de ser un perfeccionista con los miembros del coro, lo que le valió la enemistad de muchos, al igual que con los canónigos de la catedral de Málaga. Está considerado como el mejor compositor español de comienzos del siglo XVI, sucedido en este aspecto en la segunda mitad del siglo por Tomás Luis de Victoria.
Una de sus obras menos conocidas es la Misa Desilde al cavallero; parece ser que tampoco en su época fue mucho más famosa. Solo se conserva en un manuscrito de Milán con obras de Josquin y de la Rue, indicando quizá que fue compuesta en época temprana, quizá antes de su llegada a Roma. Se basa en la famosa canción anónima que conocemos gracias a Pisador, Cabezón y Gombert. La melodía aparece al principio de cada parte en el tenor y se va moviendo de forma más lenta que en las otras voces, aunque nunca se presenta de la misma forma. De esta maravillosa obra nostros vamos a escuchar su bello Agnus Dei.
La interpretación es de Cantoría y Capriccio Stravagante dirigidios por Skip Sempé.