Dios en la naturaleza
¡Feliz martes! Si hay un compositor vienés por excelencia, es el que tenemos hoy. Si hay un compositor despreciado por los vieneses de su tiempo, es el de hoy. Si hay un compositor que era un auténtico mago de la melodía, es el de hoy. Lo conocemos por sus grandes obras de cámara, sinfonías y lieder pero es poco conocido por sus composiciones religiosas.
Ese vienés es Franz Schubert (1797-1828), compositor austríaco nacido y muerto en Viena. Compuso una gran cantidad de obras y parece ser que algunos años fueron especialmente productivos. Se dice que solamente en 1815 compuso mas de veinte mil compases de música, incluyendo obras religiosas, una sinfonía y ciento cincuenta canciones, solamente ocho en un día. Schubert no siempre tuvo claro si se dedicaría a la música o no. Con diecinueve años empezó a estudiar Derecho (por supuesto en Viena) pero a la vez comenzó a componer su quinta sinfonía. Se concentró tanto en la escritura de la música que finalmente decidió abandonas las leyes... Menos mal porque la obra sinfónica era tan perfecta que solo podía preludiar lo que estaría por salir de sus manos y que se truncaría pronto por culpa de su prematura muerte.
Escuchemos Gott in der Natur, D. 757. Se trata de una composición para cuatro voces femeninas (dos sopranos y dos altos), una combinación no fácil pero que Schubert nos presenta con éxito. La composición tiene una especial delicadeza y parece que la ausencia de una línea grave no era un problema para el maestro. Hay retazos de influencia de Mozart y el do mayor de la pieza no hace sino subrayar la solemnidad de la obra, que se abre con escalas y trinos que casi imitan el trueno divino. La luz aparece en los intercambios antifonales de las voces y unos ritmos con puntillo que parece que tienen carga eléctrica. El texto de esta composición es de Christian Ewald von Kleist.
La partitura de la obra puede descargarse aquí.
La interpretación es de VokalArs.