Dios te salve, Reina y Madre

Salve Regina, Campra

¡Feliz sábado! La composición de hoy es grandiosa porque está compuesta por un músico barroco francés, siempre tan lleno de grandeur. Sin embargo, el maestro tiene la habilidad de no perder el norte y hacer que la obra no pierda su sentido religioso, tan intenso y lleno de devoción. Claro que para ello tenemos que estar hablando de un gran maestro y el de hoy lo es.

André Campra

Se trata de André Campra (1660-1744), compositor francés nacido en Aix-en-Provence. Ubicar a los compositores suele ser útil y Campra vivió entre Lully y Rameau. Su padre le proporcionó la primera instrucción musical puesto que era violinista aficionado. Mostró un talento siendo joven y pronto empezó a cantar en varios coros. En 1681 fue nombrado maestro de música de San Trófimo de Arlés y luego de San Esteban de Toulouse. Tres años más tarde se encargó de la instrucción musical en Notre Dame de París, para la que compuso una buena cantidad de música religiosa. En 1697 creó una nueva forma musical llamada ópera-ballet, en la que se mezclaba el canto con la danza. Publicó algunas obras bajo el nombre de su hermano menor Joseph Campra pero al ver el éxito que tuvieron desveló que eran suyas. Adquirió un puesto dominante en la producción dramática musical francesa y se le concedió el monopolio de la publicación musical. En 1722 fue nombrado maestro de la capilla real y compositor oficial del príncipe de Conti. En la música religiosa, como en Bach, vemos influencia italiana en un idioma bastante conservador pero igualmente bello.

Disfrutemos de su Salve Regina. Está compuesto para voz sola y continuo y es uno de sus petit motets. Estos eran especialmente adecuados para el rey y muestran una gran influencia italiana. En la introducción he dicho que la obra es especialmente grandiosa. Esto es cierto pero también que tiene en carácter deliciosamente íntimo. La pieza comienza de una forma especialmente declamatoria, casi interrogante y meditativa. Esta increíble composición fue editada a finales del siglo XVII, en París (por Ballard) y nos muestra sea influencia italiana a la que antes aludía. Una maravilla.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Paul Agnew (haute-contre) y Les Arts Florissants dirigidos por William Christie.

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