¡Feliz jueves! A la guerra no solo le pedimos que duerma sino que desaparezca definitivamente de la faz de la tierra. Esto no será posible porque el hombre es un ser en conflicto por naturaleza. Sin embargo, aquí no hablamos sobre cuestiones geopolíticas sino sobre música, y la de hoy es bellísima.

Es de Alessandro Scarlatti (1660-1725), compositor italiano nacido en Palermo. En su haber tiene el privilegio de haber sido el creador de la escuela napolitana de ópera, que evolucionó rápidamente desde algo local a una tradición que trascendió las fronteras italianas. Desgraciadamente cayó en el olvido y fue recuperado en el siglo XX viéndose en Alessandro algo más que un padre del reconocido Domenico Scarlatti. Por cierto, que Pietro, otro hijo, también fue compositor y es aún menos conocido. Pudo haber estudiado en Roma con Carissimi y, hasta 1684, trabajó para la reina Cristina de Suecia. Ese año lo tenemos en Nápoles y ya era muy famoso por sus óperas. Se tomó un pequeño descanso para viajar a Florencia con su hijo Domenico, a quien presentaba como un talento del teclado.

En 1690 Scarlatti estrenó su oratorio La Giuditta, basado en el bíblico libro de Judit con libreto de Antonio Ottoboni. Este es llamado La Giuditta di Cambridge para ser distinguido del llamado La Giuditta di Napoli, sobre el mismo tema. De él vamos a escuchar el aria que canta el personaje Nutrice en la segunda parte y que se titula Dormi, o fulmine di guerra! Nutrice canta para que Holofernes se quede dormido, antes de que sea decapitado por Judit. Es como una especie de hechicera mediante notas que le dice al hombre que tenga en cuenta que el amor es más fuerte que la muerte. La composición, en forma de canción de cuna, convierte al fuerte Holofernes en un niño en brazos de su niñera. El tiempo de espera para el desenlace final queda suspendido con esta maravillosa música maestra.

La interpretación es de Philippe Jaroussky (contratenor) y el conjunto Artaserse dirigido por el propio cantante.