Duérmete, Jesús

¡Feliz Lunes Santo! Reconozco que voy a hacer un ejercicio un poco traído por los pelos. La obra que te propongo para hoy es un villancico, una canción de cuna al recién nacido Jesús para que duerma bien. Pero podríamos aplicársela a ese Jesús que muere por nosotros en la cruz, para salvarnos, como acto de puro amor. Sea como fuera, la música es pura delicia, muy adecuada para este inusual Lunes Santo.

Nos la trae Abbie Betinis (1980), compositora estadounidense nacida en Stevens Point, en el estado de Wisconsin. A ella y su música se les han aplicado adjetivos como emocionante, provocadora o audaz. Si bien ha comenzado como una compositora que desarrolló su carrera en los Estados Unidos, poco a poco se ha hecho presente en varios lugares del mundo. Estudió en la Universidad de Minnesota y luego en París. En la capital del Sena tuvo oportunidad de estudiar armonía y contrapunto nada menos que con Nadia Boulanger. Su valía a la hora de componer ha favorecido que diversas organizaciones le encarguen obras, principalmente de su país natal pero sus obras han llegado a prácticamente todo el mundo. Ha compuesto en una gran cantidad de géneros pero su gran pasión es la voz humana, destacando las obras para coro. Betinis es una auténtica luchadora ya que ha sobrevivido tres veces a un diagnóstico de cáncer. Todo un ejemplo de mujer, cuya música tiene una fuerza especial, como vamos a comprobar, a la vez que nos maravillaremos por su ternura y su lirismo más intenso.

Disfrutemos de su Dormi, Jesu. La dedicatoria que la compositora escribe es la siguiente: «Dedicada al dr. Anton Armstrong y los miembros del Saint Olaf Choir, 2000-2001, con gran admiración». El texto es de autor anónimo y la obra está escrita para coro a cuatro voces. Vemos cómo la compositora presta un especial homenaje a Anton Bruckner u Olivier Messiaen, ya que la obra está escrita a base de tiernas frases y unas armonías llenas de riqueza. Betinis cuenta con suficiente maestría como para hacer que la obra nos aporte un hálito especial, a la vez que se le dice al niño Jesús que duerma, porque su madre le sonríe y le acuna para que tenga un dulce sueño. Un sueño momentáneo que también tiene Jesús cuando muere porque no se queda ahí sino que resucita para traernos la Vida.

La interpretación es de The Singers dirigido por Matthew Culloton.

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