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Fachwerk, Gubaidulina

¡Feliz martes! Creo que podemos decir que el panorama de mujeres compositoras actual lo dominan dos europeas del norte; hoy traigo, una vez más, música de una de ellas. Sus composiciones son siempre muy atractivas, tanto por lo tímbrico como por lo armónico. Escucharla es toda una experiencia que perdura, a pesar de que sus obras pueden costar en una primera escucha.

Sofiya Gubaidúlina

Se trata de Sofiya Asgátovna Gubaidúlina (1931), compositora tártara nacida en Chístopol. Para la compositora, su proceso de componer tiene diversas etapas. La que más le llama la atención es la primera: es el momento del verdadero placer, casi literalmente, con el que se acerca a una pieza. Es el momento, en sus palabras, en el que un acorde resuena con todas sus notas y brilla con todos sus colores. Parece que es un momento breve, pero intenso. Después de ello, se pone a comprender lo que ha pasado y comienzan los momentos de necesidad a la hora de componer y no los de diversión. No se trata de transcribir nada sino de ir comprendiendo para que la obra vaya fluyendo.

Disfrutemos de su obra titulada Fachwerk, compuesta para bayán, percusión y orquesta de cuerdas. Se trata de una composición larga en un único movimiento. La percusión toma poco protagonismo y es el bayán el que se deja escuchar más de forma que suena, a veces casi demoníacamente, sobre el fondo de las cuerdas. La propia compositora traduce el título de la obra como «Marco de madera», en referencia a un característico estilo de arquitectura en Alemania y otros países europeos. La obra fue estrenada en 2009 y es una de sus composiciones más poéticas («chamánica» la ha calificado algún crítico), con unas texturas y un sonido mágicos. Fue compuesta expresamente para el acordeonista Geir Draugsvoll.

La interpreación es de Geir Draugsvoll (bayán), Hans Kristian Kjos Sørensen (percusión) y la Orquesta de Cámara de Noruega.

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