Estrella hermosa

Estrella hermosa, Otaño

¡Feliz sábado! Llegamos al sábado, día en el que nos acordamos de una forma especial de la Virgen, aunque a lo largo de la semana está muy presente. Puesto que tradicionalmente este día ha sido aquel en el que la liturgia se centra más en ella, aquí cada sabádo le echamos un vistazo a algunas de las obras dedicada a la Madre de Dios. Alguna son grandes y otras delicadas, como la obra de hoy.

Nemesio Otaño

Nos visita hoy Nemesio Otaño (1880-1956), compositor español nacido en la localidad guipuzcoana de Azcoitia. En 1896 entró en los jesuitas y fue nombrado organista de la basílica de Loyola. En 1903 estudió composición con Goicoechea y le animó a dedicarse a componer música religiosa. Se dedicó a la restauración de la música religiosa tal y como establecía el Motu proprio del papa Pío X. En 1911 fundó la Schola Cantorum del seminario de Comillas y fue uno de los coros religiosos modelo en toda España. En su catálogo hallamos obras que son tanto para voz y órgano como otras para gran escala, siempre muy bien labradas y con unas melodía de lo más conseguidas. La influencia de Wagner en su sus obras más ambiciosas es también evidente. Otaño fue nombrado director de radio nacional en 1937 y a los años siguientes lo fue del conservatorio de Madrid.

Una de esas conocidas obras es Estrella hermosa, para voz y órgano. Está dedicada a la Inmaculada y en ella se ve a la Virgen como estrella de la mañana, una de las letanías del rosario. La melodía nos va arrullando desde el principio, dando lugar a una emoción que llegó hasta al mismísimo Enrique Granados. Poco más queda que comentar, salvo dejarse llevar por esta composición de 1909, escrita mientras Otaño realizaba sus estudios de Filosofía en el monasterio de Oña.

La interpretación es de Carolina Muñoz Coloma (soprano) y Patricio Álvarez (órgano).

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