Fantasía oriental

Islamey, Balákirev

¡Feliz lunes! Vamos a empezar la semana con una obra que es bastante conocida (quizá más de nombre de que oídas) y que inexplicablemente nunca había traído por aquí. Veamos cómo, además de ser una maravilla, tiene una historia curiosa.

Mili Balákirev

Su compositor es Mili Balákirev (1836-1910), compositor ruso nacido en Nizhni Nóvgorod. Desde su juventud fue un brillante pianista, siendo muy admirando por Glinka. En 1858 Balákirev tocó ante el zar, de manera brillante, un concierto para piano de Beethoven, pero ese mismo año cayó enfermo, recuperándose aunque quedándose tocado para toda la vida. La muerte de Glinka le llevó a tomar el testigo de su estilo nacionalista y empezó a componer obras que pronto se establecieron en el repertorio ruso. Fundó la llamada Escuela Libre de la que eran alumnos Cui, Rimski-Kórsakov, Músorgski y Borodín; estos, junto con el propio Balákirev formaban el llamado grupo de Los Cinco. En 1883 fue director de música de la capilla imperial con el propio Rimski como asistente.

Escuchemos su fantasía oriental titulada Islamey. La obra original es para piano y es de una grandísima dificultad (se cuenta que Ravel compuso su famosa Gaspard de la Nuit para con el objetivo de que fuese más difícil que la obra del ruso). Se basa en motivos musicales de las regiones islámicas del Cáucaso y fue concebida por el genio de Balákirev en 1862. Por tanto, vamos a escuchar armonías llenas de color y de un sabor que es difícil de olvidar. En una carta el mismo compositor escribió: «La majestuosa belleza de la exuberante naturaleza de allí y la belleza de los habitantes que armoniza con ella me impresionaron profundamente... Como me interesé por la música vocal de allí, conocí a un príncipe circasiano, que venía a verme con frecuencia y tocaba melodías populares en su instrumento; era algo así como un violín. Una de ellas, llamada Islamey, una melodía de baile, me complació extraordinariamente».

La partitura original para piano de la pieza puede descargarse aquí.

Vamos a escuchar la pieza en una orquestación de Alfredo Casella que data de 1909. La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Gianandrea Noseda.

Volver arriba