Intensa música de cámara
¡Feliz martes! En mi modesta opinión, el adjetivo intenso le viene como anillo al dedo a la música de cámara. Aunque tiene sus detractores, en una composición para pocos intérpretes es donde se concentra el arte de un buen compositor, como el caso del de hoy.
La música de hoy es de Ernő Dohnányi (1877-1960), compositor húngaro nacido en la actual Bratislava, que en su tiempo era Presburgo. Era una de las figuras dominante del panorama musical húngaro en la primera mitad del siglo XX y se dice de él que era el compositor del país más versátil después de Liszt. El organista de una iglesia local de Bratislava le dio las primeras lecciones y luego entró en la Academia de Budapest, en 1894. Pronto mostró una gran habilidad con el piano y varios estrenos de sus obras fueron organizados por Brahms. Aunque su reputación como pianista está fuera de toda duda, su consideración como compositor ha ido sufriendo debido a las distintas modas y épocas. Pronto se apegó a las formas tradicionales alemanas lo que produjo cierto rechazo al no abrazar las nuevas tendencias del siglo XX.
Disfrutemos de su Quinteto con piano n.º 1 en do menor, op. 1. Aquí lo vemos apegado completamente al estilo de su maestro Brahms, hasta el punto que esta obra podría ser perfectamente una obra temprana del hamburgués. Explora casi todos los humores que puede experimentar una persona, con la angustia reflejada en el piano del primer movimiento y las meditaciones del segundo. En el tercero, las cuerdas parece que son capaces de aportarnos algo de luz. Termina la composición con un brillante y triunfante movimiento que nos hace terminar con un gran optimismo.
La partitura de la composición puede descargarse aquí.
La versión es de Gülru Ensari (piano) y músicos de cuerda de la Orquesta Sinfónica de la WDR.