¡Feliz miércoles! Vamos a escuchar una obra muy peculiar, procedente de una compositora de la que escuchamos por aquí música de vez en cuando. Siempre es sorprendente, siempre llamativa, siempre compleja, pero siempre fascinante.

Otra vez está con nosotros Sofiya Gubaidúlina (1931), compositora rusa de origen tártaro y nacida en Chístopol. Estudió en Kazán y luego en el conservatorio de Moscú, entre 1954 y 1959. Sus primeras obras casi no se interpretaban en su país y tuvo que ganarse la vida componiendo para películas. En 1992 se trasladó a Hamburgo y allí fue cada vez más conocida y empezaron a encargarle piezas. Desde muy temprano sus obras mostraron una dualidad, ya que combinaba lo tradicional con lo moderno, lo oriental con lo occidental; también caracterizan sus composiciones unos ritmos muy destacados, el uso de instrumentos no habituales y los timbres más llamativos. Unido a todo ello, Gubaidulina hace uso de las formas más tradicionales, como conciertos, cuartetos y otros géneros.

La obras suya que escucharemos hoy es titula Introitus. Es un concierto para piano y orquesta de cámara que data de 1978. La obra es en un movimiento y está llena de referencias religiosas ya desde el mismo título, que se refiere al canto inicial de la misa, por lo que la obra es toda una meditación religiosa. En ella se contrapone lo espiritual a lo existencial, en vez de un solista frente a una orquesta. Todo esta lleno de simbolismo y la obra puede dividirse en tres capas yuxtapuestas: los intérpretes de viento, los de las cueras y el piano. Se basa en dos temas principales, ambos evolucionando a partir de un mismo material musical. Ha dicho a propósito de la obra: «La secuencia microcromática indica la condición más sensorial, mientras que la pentatónica indica la condición espiritual».

La interpretación es de Alice Di Piazza (piano) y la Orquesta de Cámara Klaipédos.