Irlanda
¡Feliz jueves! ¿Te apetece a viajar a esa isla verde tan fascinante? Si es así permíteme que te proporcione la música para ir ambientándote. Creo que quien va a aportárnosla hoy aparece por aquí por primera vez. No es la primera vez que lo digo pero, ¿te has dado cuenta de la cantidad de música que nos queda aún por escuchar y descubrir? Sin duda mucha más de la que hemos escuchado. Esto es lo grandioso de la música: que no deja de proporcionarnos grande momentos, como el de hoy.
Te traigo hoy la que quizá es su obra más famosa, uno de esos poemas sinfónicos; concretamente el titulado Irlande, compuesto en 1882. Es una obra que está llena de nostalgia pero también de fuerza y de olor a naturaleza, como el que puebla Irlanda. Se intuyen batallas y se oyen triunfos. La compositora también hace gala de su carácter nacionalista ya que intenta reflejar en la obra algo del espíritu antibritánico. Ella misma escribió la leyenda en la que aparece una Irlanda poblada de antepasados celtas que se ven oprimido por le imperio británico. Comienza con un estremecedor lamento del clarinete solo que se ve interrumpido por una orquesta que toca en modo dórico casi en forma sonata. Vuelve el lamento esta vez interpretado por el corno inglés con aires wagnerianos. Un fortísimo toque del timbal llama a la revolución y la obra termina con un triunfal do mayor al que se solapan ecos de los motivos introductorios.
La interpretación es de la Orquesta Filarmónica de Rheinland-Pfatz dirigida por Samuel Friedmann.