¡Feliz viernes! Que Italia es la cuna de la música es algo indiscutible. De allí han salido maestros que podemos decir que son de los más importantes de la historia. Es normal, por tanto, que alguno de ellos haya querido hacerle un homenaje a su país.

Un ejemplo de ello nos lo trae Alfredo Casella (1883-1947), compositor italiano nacido en Turín. Fue uno de los maestros de Italia, junto a, entre otros, Respighi, Mailipiero y Pizzetti, que trajo aires de modernidad a la música de su país. Su entusiasmo por Strauss, Bartók, Schönberg, Debussy o la música rusa ha hecho que Casella sea un compositor muy cosmopolita. Empezó formándose en el conservatorio de París, especialmente con el gran Gabriel Fauré. Su progreso en el piano fue asombroso y pronto empezó a dar conciertos por Europa y Rusia. De vuelta a Roma siguió dando clases de piano en la Academia de Santa Cecilia. También se dedicó a revitalizar la música renacentista y barroca italiana y también publicó obras para teclado de Bach, Mozart, Beethoven y Chopin.

Escuchemos su rapsodia sinfónica Italia, op. 11; fue estrenada en 1910. Se dice que la idea de Casella era hacer con Italia lo que Albéniz había hecho con España componiendo su suite Iberia. Es posible que conociese el Aus Italien de su admirado Strauss y quizá pensó que podía mejorar el homenaje a su país natal. La primera mitad de esta pieza en un único movimiento está centrada en Sicilia y sus canciones populares, con el tema inicial derivando de una canción de Caltanissetta. Las maderas introducen el segundo tema también de la misma región. Luego la escena cambia a Nápoles y podemos escuchar la escena inicial de la famosa Funiculì funiculà y el clímax se alcanza con una bella mezcla de melodías populares, algunas muy conocidas.

La interpretación es de la Orquesta Filarmónica de la BBC dirigida por Gianandrea Noseda.