Jerez
¡Feliz lunes! Empezamos esta semana con una música dedicada a una ciudad muy querida para mí. Se trata a la que da titulo a esta publicación, vecina de donde yo vivo. Es la quinta ciudad de Andalucía por número de habitantes y llena de encanto en cada rincón.
Dicha música es de Germán Álvarez Beigbeder (1882-1968), compositor español nacido en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera. Su producción es principalmente sinfónica y destacan sus composiciones para banda (sobre todo marchas para la Semana Santa). Empezó a estudiar música con su madre, que era pianista aficionada y luego con varios profesores particulares. A la vez cursaba bachillerato porque sus padres se negaban a que se dedicase a la música. Sin embargo, no dejaba de componer. En 1900 escribió su primera marcha procesional. Su actividad dedicada a los negocios le hizo viajar y disfrutar de conciertos por toda España. En 1910 se trasladó a Madrid y pudo estudiar, con Bartolomé Pérez Casas, armonía, piano y luego contrapunto y fuga.
De este gran maestro escucharemos Jerez. Es una suite para guitarra y orquesta. Está dividida en cuatro movimientos relacionados con cuatro lugares jerezanos: El arco, Angostillo (una pequeñísima calle entre el ayuntamiento y la Plaza de la Asunción), Alameda Vieja (que contiene al alcázar, el edificio almohade más antiguo de la península) y La Plazuela, que es el lugar donde está la Ermita de la Yedra. La composición está llena de un encanto especial, compuesta con una gran sabiduría y un fuerte sabor regionalista. Priman los momentos camerísticos intimistas, con gran delicadeza, junto a otros con mucha fuerza.
La interpretación es de Juan Francisco Padilla (guitarra) y la Orquesta de Córdoba dirigida por Gloria Isabel Ramos.