A la Madre de Dios

Dos himnos, Tavener

¡Feliz sábado! A la Madre de Dios está dedicada la música que escuchamos aquí cada sábado. Lo que ocurre hoy es que el título de esta publicación aparece en el de la música, que es de esas que te deja sin aliento. El compositor de hoy tiene tanto detractores como defensores (casi a partes iguales) pero, digo yo, qué importará otras cuestiones si lo que escuchamos es capaz de ponerlos los pelos de punta...

John Tavener

Vamos a escuchar la música de John Tavener (1944-2013), compositor británico nacido en Londres. Confiesa que a la edad de doce años tuvo como una especie de epifanía cuando escuchó La Flauta Mágica de Mozart y Canticum Sacrum de Stravinsky. Ello le llevó a dedicarse definitivamente a la música y esas obras fueron su guía durante toda su vida. Su música siempre ha tenido un halo etéreo, como si nos conectara con el otro mundo. Ha tomado muchas ideas de la teología ortodoxa por lo que a veces se le ha calificado como místico musical, algo que no es del agrado de todas las escuelas de compositores. Ha compuesto muchas obras para un ambiente íntimo y familiar pero luego se han popularizado entre los coros. Eso ha llevado a muchos críticos a acusarle de componer deliberadamente piezas fáciles, como si cada uno no pudiese componer lo que quisiera.

Disfrutemos de sus Dos Himnos a la Madre de Dios. Son el Himno a la Madre de Dios y el Himno a la Dormición y fueron compuestos en 1985. El primero tiene texto de la liturgia de san Basilio y nos habla del poder cósmico de la Virgen ante quien se regocija toda la creación. Está dividido en tres secciones en forma de canon, alabando a María como «templo santo y paraíso místoco». El segundo usa textos de la fiesta de la dormición de la Virgen. El texto es repetido tres veces, con una variedad de voces muy simple pero directa. Un nuevo ejemplo de cómo Tavener es capaz de emocionarnos con su lenguaje cargado de emoción y de profunda espiritualidad.

La interpretación es de Bella Voce Chicago.

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