Magníficat

Magnificat, Sweelinck

¡Feliz sábado! De nuevo acudimos a este himno mariano que se cantata tanto en la hora de vísperas. Era el que cantó la Virgen cuando fue a visitar a su prima Isabel y ambas se regocijaron tanto. La música que suele acompañar a este bello texto suele ser igualmente emocionante y llena de religiosidad, como es el caso de hoy.

J. P. Sweelinck

Hoy se encarga de la música Jan Pieterszoon Sweelinck (1562-1621), compositor neerlandés nacido en Deventer. Si uno piensa en compositores neerlandeses de finales del renacimiento y comienzos del barroco, la lista tiene que estar encabezada por Sweelinck. Destacó componiendo no solo música religiosa sino también influyentes obras para teclado. Muchos son los que fueron a estudiar con él como Scheidt o Praetorius y otros muchos que terminaron influyendo en Bach. Su padre se llamaba Peters Swybbertszoon (de ahí su primer apellido de Pieterszoon) y su madre Elske Sweeling (de ahí su segundo apellido). Es posible que el joven Sweelinck estudiase con el organista Cornelis Boskoop que fue el sucesor de su padre en la Oude Kerk de Ámsterdam. Es muy posible que Sweelinck y el inglés John Bull fuesen amigos íntimos.

Disfrutemos de su Magnificat. Fue publicado en su colección de Cantiones Sacrae quinque vocum de 1619, impresa en Amberes por Pierre Phalèse y formada por motetes católicos en latín. La escritura de Sweelinck se enclava dentro de la llamada prima prattica pero la colorea con sutiles cromatismos. Para acomodarse con holgura el texto Sweelinck también hace uso de cambios de compás de forma que vemos cómo en todo momento es el texto de esta bella oración mariana el que le va dictando cómo tiene que ir amoldando la música para que vaya acorde con el declamar del discurso.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

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