¡Feliz martes! ¡Qué mejor que una mascarada para disfrutarla este martes de carnaval, antes de que mañana, Miércoles de Ceniza, comience ese tiempo privilegiado de oración y reflexión intensas que es la Cuaresma.

La obra de hoy se debe a Aram Jachaturián (1903-1978), compositor ruso de origen armenio nacido en Tiflis. El régimen soviético lo acusó de formal, pero, a pesar de todo, terminó siendo uno de los compositores más laureados de su tiempo. Empezó tocando de joven la tuba en la banda de su instituto y luego aprendió por su cuenta a tocar el piano. Sus intenciones iniciales parece que eran estudiar Biología, pero entró en una academia de música y terminó decantándose por esta disciplina. En 1929 le dio clases Miaskovski y, casi al tiempo que se graduaba empezó a estrenar sus sinfonías. En 1948 empezó a ser criticado como compositor y siguió componiendo y sus obras continuaron tocándose pese a ser tildado de incorrecto y de tener un estilo de «arte antipersonas».

Es probable que su obra más famosa sea Masquerade, basado en una obra de Lérmontov; Jachaturián escribió esta música incidental para acompañar su representación. La obra fue estrenada en 1941 y se hizo tan popular que el compositor elaboró una suite en 1944. Le música, de hecho, es más ligera que la propia obra de Lérmontov. Describe irónicamente a una sociedad rusa llena de alegría, a pesar de que está rodeada de una gran oscuridad acompañada por la música popular rusa. La orquestación es llamativa y suntuosa, con música que casi a partes iguales es siniestra, sentimental, emotiva, emocionante y llena de fuerza.

La interpretación es de la Orquesta Filarmónica de Moscú dirigida por Igor Manasherov.