Miserere

Miserere, Arvo Pärt

¡Feliz miércoles! Cada 11 de septiembre cumplo con un ritual muy querido por mí. Repasando el calendario litúrgico no es que sea ningún santo importante (al menos personalmente para mí) ni me refiero a los tristes atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York; no. Es algo más musical. Lo que hago es traerte música de un gran maestro cuyo cumpleaños as hoy. Desde aquí lo felicito, espero que cumpla muchos más y que nos regale mucha más música.

Arvo Pärt

Se trata de Arvo Pärt (1935), compositor estonio nacido en Paide. Es uno de los compositores vivos más importantes que compone música contemporánea, lo cual no significa música difícil. Sin embargo, tras sus bellas notas hay un gran desarrollo teórico y teológico. Sus primeras obras tienen influencias de Shostakovich y Prokofiev pero, hastiado por su forma de componer, estuvo en silencio durante varios años, estudiando las obras medievales y renacentistas. Fruto de esa reflexión surgió un estilo personal llamado «tintinnabuli», que toma su fuente en el sonido de una campana, tan rico en armónicos. Su arte es tan grande que fue elegido académico de la Academia Americana de Artes y Letras. Su cuarta sinfonía estuvo nominada a los Grammy y, aunque su música parezca sencilla y muy dada a ser usada para momentos de relajación, es uno de los compositores más serios y rigurosos de finales del siglo XX y comienzos del XXI.

Vamos a maravillarnos una vez más con sus pentagramas de la mano de su Miserere. Fue compuesto entre 1989 y 1992 para coro mixto, conjunto de cámara y órgano. Pärt combina dos textos distintos: el salmo 50 y el Dies Irae. Éi mismo dice de la obra: «Esta obra está estructurada de forma que hay un aliento con cada palabra, de forma que tras pronunciar cada palabra hay que recuperar las fuerzas para la siguiente. Imagínese un condenado ante el tribunal, esperando al veredicto final, con una última oportunidad para hablar. No hay mucho tiempo para las últimas explicaciones y debe elegir las palabras con mayor cuidado, porque su destino depende de ellas. Cada palabra es como un pequeño peso intentando buscar su equilibrio en las escalas». Los solistas son enfrentados a distintos grupos de instrumentos y los coro a todo el conjunto. Toda la estructura de la obra está supeditada al texto y a unas reglas muy estrictas que poco a poco van creando la melodía. La grandeza de Pärt es que todo suena con una intensidad y una profundidad muy especiales. La obra está dedicada a Paul Hillier y su Hilliard Ensemble.

La interpretación es del Coro de la Radio de Letonia dirigido por Kaspars Putnips. La música empieza en 1:35.

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