¡Feliz martes! Qué bueno sería que se pudiera decir de nosotros que nuestra fe es grande, por lo menos desde mi humilde opinión. Si la fe mueve montañas, imagínate el poder de una fe grande, confiada y madura. Sobre eso va a versar la música de hoy, creo que nada conocida pero que vamos a disfrutarla mucho y su brevedad nos hará que la escuchemos varias veces.

Alguna vez te he traído algo de Ambrosio Cotes (1550-1603), compositor español nacido en la localidad alicantina de Villena. Su padre era apodado «el Roget» y durante algún tiempo vivieron en Fuente la Higuera. Francisco Cotes, hermano de nuestro compositor, era boticario en Valencia. Empezó cantando en Villena y desde pequeño mostró una gran predilección por la música. En 1581 estaba trabajando nada menos que para la Capilla Real de Granada, para lo que antes tuvo que demostrar su limpieza de sangre. Tras diez años allí se le procesa por pendenciero e irrespetuoso pero el caso no prosperó y siguió en su cargo. Fue maestro de capilla de la catedral de Valencia, muy bien pagado y, tras la muerte de Francisco Guerrero, en 1600 ocupa el mismo cargo en la seo de Sevilla (le sucedería Alonso Lobo). De él diría Lope de Vega: «Isasi vive por tecla insigne, y en la música, Riscos, Lobo y Cotes». A pesar de todo, Cotes no consiguió que se imprimiese ninguna obra suya durante su vida.

Escuchemos su motete O mulier magna est fides tua. Es una obra a cinco voces compuesta en el tiempo que trabajó para Granada. Se basa en el evangelio de Mateo y es propio del tiempo de Cuaresma. Por eso vemos un carácter más reposado y con una polifonía más contenida aunque no menos bella. El maestro hace uso de una imitación embutida en una polifonía que conserva la textura a cinco voces a lo largo de toda la composición. Aunque la pieza no es policoral (y se dice que Cotes fue uno de los introductores de esta técnica en España) parece que suena muy en ese estilo. En cualquier caso, la polifonía no puede ser más bella y más conseguida.

La interpretación es de Amystis y los Ministriles de la Reyna dirigidos por José Duce Chenoll.