Negra soy pero hermosa

Nigra sum, Dupré

¡Feliz sábado! No es la primera vez que este título aparece entre nosotros aunque me parece que del tipo de música como el de hoy, no ha aparecido antes. En la mayoría de los sábados suena aquí música vocal que canta las maravillas de la Virgen, esa que lleva en el vientre al Salvador que está a punto de nacer. Sin embargo, hoy he querido acudir a la música instrumental para darle algo de variedad. Te gustará.

Marcel Dupré

Porque es de Marcel Dupré (1886-1971), compositor y organista francés nacido en Ruán. Siendo como era un gran compositor, donde destacó Dupré fue en su arte tocando el órgano ya que era el virtuoso del instrumento más importante en su época y no solo en Francia. Era asombrosa la capacidad que tenía para improvisar y su actividad dando conciertos fue casi frenética. Tuvo como tutor privado a otro grande del órgano, Alexandre Guilmant y luego, ya en el conservatorio, estudió con Louis Vierne y Charles-Marie Widor. Con solo diez años dio su primer recital al instrumento y fue nombrado organista en St. Vivien con doce; fraguó una buena amistad con el organero Cavaillé-Coll. En 1920 dio una serie de recitales en los que tocó de memoria toda la obra de Bach. En 1953 dio su recital número 1900 (sí, mil novecientos, no me he equivocado) y en él frecuentemente improvisaba preludios, tocatas y fugas, algo que luego plasmó cuando se dedicó a componer para el instrumento.

Precisamente para él es la obra que vamos a disfrutar hoy. Se trata de su antífona Nigra sum, sed formosa. op. 18 n.º 3. Lo primero que nos llama la atención de esta composición es la tranquilidad con que Dupré trata la música. De hecho, anota como indicación de tempo Très lent et sans rigueur. La mano izquierda del instrumento ejecuta casi un moto perpetuo a base de un continuo de corcheas alternádose los acordes con las notas sueltas. La derecha, junto con un discreto acompañamiento del pedal, toca una melodía llena de encanto y tranquilidad, con la presencia de tresillos como característica más destacable. Un verdadero bombón para este Adviento al que le quedan pocos días.

La interpretación es de Torvald Torén al órgano.

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