¡Feliz lunes! Ya estamos inmersos en el mes de diciembre y también en este tiempo de Adviento. Sin embargo, no voy a traer hoy ninguna obra religosa sino otra de un compositor nuestro ya que ayer fue el día de la Constitución. Es evidente que aquí no hablamos de cuestiones políticas sino que tan solo será una excusa para disfrutar de una buena música de unos de nuestros maestros más insignes.

A quien tenemos hoy es a Luis de Pablo (1930), compositor español nacido en Bilbao. A los seis años se trasladó a Madrid donde recibió su formación musical. Completó sus estudios de Derecho e incluso trabajó como abogado para Iberia pero terminó dejando el puesto en favor de la música. Maderna y Boulez llegando a dirigir obras suyas, algo poco habitual. De vuelta a España, se dedicó a organizar con ciertos de música contemporánea y en 1971 fue nombrado catedrático del conservatorio de Madrid. Poco a poco fue creciendo su reconocimiento y empezó a conseguir diversos galardones y medallas, destacando el Premio Nacional de Música en 1991. Su música está influida por Messiaen y en ella hallamos un continuo diálogo entre entre diversaa tradiciones y culturas. Tras un periodo atonal abrazó la aleatoriedad, con cuya flexibilidad se sintió siempre cómodo.

Escuchemos su obra titulada Nubilus, compuesta en 2014 para un conjunto instrumental formado por flauta, clarinete, piano, violín, violonchelo, marimba y vibráfono. El título hace referencia a la una palabra latina que puede traducirse por «nublado» o «triste» y alude al estado de ánimo que tenía de Pablo en el momento de componerla aunque no pretenda ser una descripción. Igualmente, el compositor también intenta reflejar como serían las nubes y lo hace por medio de una gran cantidad de pasajes: desde virtuosos a cantabiles, con interesantes diálogos entre diversos instrumentos.

La interpretación es de Taller Sonoro.