Oh, buen Jesús

O bone Jesu, Palestrina

¡Feliz jueves! Como comenté ayer, seguimos con música religiosa en este tiempo cuaresmal. Si hay un nombre que es sinónimo de polifonía (o, mejor, de Polifonía con mayúsculas) ese es nuestro hombre de hoy, mítico y cuya música ha ejercido una gran influencia desde que la compuso hasta nuestros días.

G. P. Palestrina

Obviamente se trata de Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), compositor italiano nacido en Palestrina. Tras su muerte, un 2 de febrero, era tan alta su estima que sus funerales tuvieron lugar en la basílica de San Pedro en Roma, ante un gentío tremendo. Incluso fue enterrado (el mismo día, según la costumbre de la época) en el templo pero su tumba se ha perdido. Se dice que su ataúd llevaba la inscripción Libera me Domine y que en su funeral se cantó un salmo a cinco voces interpretado simultáneamente por tres coros. Esa era la calidad como músico y como persona que se tenía en el centro de la cristiandad occidental. Desde entonces, Palestrina ha ejercido su influencia hasta llegar a compositores contemporáneos.

Escuchemos su motete O bone Jesu, a cuatro voces. Ciertamente es una obra que parece ser de Igegneri pero que tradicionalmente se ha atribuido a Palestrina (quizá debería haber hablado de su compositor...). Es una composición prácticamente homofónica, con el tenor resolviendo ciertas cadencias de una forma algo más figurativa. En esta composición se implora al Dios bueno que nos salve porque nos redimió con su preciosa sangre, misterios para los que nos preparamos en esta Cuaresma. Un pequeño bombón que se tiene que escuchar varias veces para apreciar su sabor.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Yoan Darz y John Phillips.

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