Oh, dulce María

O Maria, tu dulcis, Cozzolani

¡Feliz sábado! Hoy nos toca escuchar música compuesta por una mujer. Es totalmente obvio que a lo largo de los siglos ha habido y hay extraordinarias compositoras y es igualmente claro que muchas han estado silenciadas y ocultadas. Poco a poco se van poniendo las cosas en su lugar (no al ritmo que debiera) y vamos conociendo verdaderas joyas... y lamentándonos por otras tantas que nos perdemos.

Chiara Margarita Cozzolani

Hoy nos encontramos con Chiara Margarita Cozzolani (1602-hacia 1678), compositora italiana nacida en Milán. Su madre era un rico mercades por lo que Margarita pudo iniciar el camino religioso y entró en un convento, en este caso el de monjas benedictinas de Santa Radegonda en la propia Milán. Cuando el duque Cósimo III de Médicis visitaba Milán ella canta en el coro y posiblemente se encargaba también de dicho conjunto. En 1642 compuso motetes para desde dos hasta cuatro voces, usando nuevas técnicas poco vistas; entre las obras había salmos, himnos, letanías, etc., que mostraban una interesante relación entre lo espiritual y lo musical. Poco a poco su valía fue creciendo y llegó incluso a ser priora y luego abadesa de su monasterio. Debió tener fama incluso internacional porque su música se ha encontrado tanto en Alemania como el Francia, algo poco común.

Una pequeña joya es su O Maria, tu dulcis. Se trata de un motete a voz sola en el que Cozzolani nos deja entrever cuál sería su talento para la composición de ópera, sin duda, bastante alto. Ese carácter operístico viene como anillo al dedo en este pequeño motete. La voz sola convierte a la pieza en una intensa y casi desesperada oración a la Virgen, para que nos proteja con su dulzura. El motete fue publicado en su magno volumen titulado Concerti sacri, op. 2 y que fue publicado en 1642.

La interpretación es de TENET Vocal Artists.

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