Oí una voz del cielo

Audivi vocem, Lôbo

¡Feliz lunes, feliz semana y feliz Adviento! Ayer domingo empezó este tiempo que nos prepara espiritualmente para la Navidad, es decir, no para las comilonas, las luces y los regalos sino para ese Dios que se hace hombre, que viene a padecer como nosotros y compadecerse de nosotros. Vamos a escuchar durante este tiempo mucha música religiosa y hoy vamos a inaugurar la primera semana con una especialmente bella.

Catedral de Évora

El maestro de hoy es Duarte Lôbo (1565-1646), compositor portugués de quien dicen que nació en Alcáçovas, pero no hay evidencias documentales. Su nombres se latinizó como Eduardus Lupus. Estudió con Manuel Mendes en la catedral de Évora y allí cantó en el coro debido a que tenía una extraordinaria voz. Su valía como compositor fue pronto demostrada y le permitió ser nombrado maestro de capilla del Hospital Real de Lisboa y también director del seminario de San Bartolomé en la propia capital lusa. Enseñó también en la propia catedral de Lisboa y allí tuvo a alumnos como António Fernandes, João Alvares Frouvo, Fernando de Almeida y Manuel Machado. Su fama era tanta que Lôbo era considerado el principal compositor de su tiempo y su producción fue eminentemente religiosa. En ella vemos cómo domina perfectamente el contrapunto, refinado y expresivo, con influencias de Ockeghem y Josquin tanto en la técnica del cantus firmus y del canon. En sus misas parodias usó motetes de Palestrina y Francisco Guerrero.

De este gran maestro disfrutemos de su Audivi vocem de caelo. Es una obra a seis voces que es una de las obras polifónicas portuguesas más interpretadas. El texto está tomado del Apocalipsis y puede ser cantado tanto en las vísperas de difuntos pero también para el Adviento. La obra se conserva en muchos manuscritos y colecciones. El maestro muestra aquí un dramatismo especial y utiliza en la partitura suspensiones y cromatismos de una efectividad especial. La composición, así, tiene un ambiente de ansiedad algo agridulce pero a la vez muy emotivo. La retórica del texto también está acentuada gracias a impresionantes pasajes en homofonía. Un verdadero deleite.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es del Ensemble Formosa.

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