Padre, he pecado

Pater peccavi, Crecquillon

¡Feliz lunes! Para esta primera semana de Cuaresma he decidido empezar con un bello motete cuyo texto está tomado de la parábola del hijo pródigo. Acudiremos hoy a un país vecino para disfrutar de una impresionante y sobria polifonía que nos ayudará a profundizar en los diversos aspectos que nos propone este tiempo que culminará con el triunfo de la Vida.

Thomas Crecquillon

De la música se encarga hoy Thomas Crecquillon (c. 1505-1557), compositor franco-flamenco del que no se conoce a día de hoy su lugar de nacimiento. Monteverdi aludiría a él como compositor del primer estilo, con el texto embutido en la textura y con preferencia de la técnica frente a la individualidad. Aunque sus canciones eran famosas el grueso de su producción lo ocupa la música religiosa; era maestro de capilla del emperador Carlos V. Fue canónigo en Béthune y Namur y sus primeras publicaciones estuvieron a cargo de Tielman Susato en 1544. Sus mismos contemporáneos ya admiraban sus piezas y lo situaban como maestro de la generación posterior a Josquin, siendo un verdadero maestro de la imitación. En sus obras hallamos una grandiosidad especial, destacando su inventiva sobre la de otros maestros.

Crecquillon nos ofrece su impresionante motete a ocho voces titulado Pater peccavi; durante mucho tiempo ha estado atribuido a Jacobus Clemens Non Papa. La distribución puede parecer que el maestro hace uso de un doble coro pero no es así: cada parte tiene una línea melódica independiente y tiene su especial independencia. Es uno de los primeros ejemplos con este volumen de voces que se conserva. Algún comentarista ha escrito que la relación entre las voces es tan hábil y profunda que, a veces, la música corre el peligro de que se disuelva hasta casi un punto de no retorno. Lo que Crecquillon hace para evitar esto es interpolar momentos homofónicos para resaltar los pasajes clave y así que todo tenga su cauce. Una verdadera belleza.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de The Tallis Scholars dirigidos por Peter Phillips.

Volver arriba