Plegaria al Padre

Ofertorio y Plegaria, Torres

¡Feliz martes! Seguimos avanzando por este mes de agosto, lánguido donde los haya. Espero que lo estés disfrutando sea lo que sea que hagas. Una de mis debilidades es la música para órgano pero reconozco que te traigo poca, además de la que ahora está tocando escuchar los domingos de Bach; quizá se deba a que la música del alemán lo oculta todo... Pero es imperdonable que nos perdamos piezas tan bellas como la de hoy.

Eduardo Torres

Fueron compuesta por Eduardo Torres (1872-1934), compositor español nacido en la localidad valenciana de Albaida. En realidad, donde Torres ejerció más influencia fue en la vida musical sevillana ya que, tras ser maestro de capilla de la catedral de Tortosa, en 1910 ocupó el mismo puesto en la metropolitana hispalense, hasta que muriera veinticuatro años después. Los muros de la catedral, inmensos, se le quedaron pequeños porque también intervino en otras instituciones como la Sociedad Sevillana de Conciertos o el Ateneo; en 1913 fundó la Orquesta Sinfónica de Sevilla. Escribió una gran cantidad de obras para órgano, en un estilo nacionalista que luego desarrollaron Falla o Turina. No se quedó en la música religiosa y llegó a componer hasta zarzuelas, en este caso bajo el seudónimo de Matheu. Algunas alcanzaron un gran éxito en Madrid. Es más, compuso algunos pasodobles, destacando «Joseíto de Málaga».

Hoy te traigo una de sus composiciones para órgano más conocidas: Ofertorio y plegaria. Se trata de un par de composiciones que requieren de una depurada técnica pero también de una especial concentración debido al misticismo que rodea a las notas. Hace gala de sus características a la hora de componer: armonía sencilla, melodías profundas y un estilo transparente. Ambas piezas están dedicadas A mi amigo Rafael Salvador. Se trata de una obra encantadora en el estilo de la época para el gran instrumento rey de entre los demás. 

La interpretación es de Jesús Ciero al órgano de la parroquia de San Diego de Alcalá (Sevila).

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