Proclama mi alma

¡Feliz sábado! Llegamos de nuevo al sábado, día en el que litúrgicamente se recuerda especialmente a la madre de Dios. La música la honra especialmente y, cuando se trata de una obra como la de hoy, parece que sus bondades brillan aún más.

La obra de hoy es de Hieronymus Praetorius (1560-1629), compositor alemán nacido en Hamburgo. Pertenecía a la conocida familia de músicos de los Praetorius, pero no guardan relación con el famoso Michael. Era también organista, copista y editor musical y su padre, Jacob Praetorius, también era compositor. Estudió en Hamburgo con Hinrich thor Molen y luego en Colonia con Albinus Walran. Su primer puesto fue en Ehfurt y más tarde organista de la Jacobikirche de Hamburgo. En 1596 participó en el examen de un órgano en Groninga en el que también habían participado Hans Leo Hassler y Michael Praetorius. Compuso varias misas, motetes y otras obras vocales, así como composiciones para órgano. Compiló la primera colección de obras para órgano que servía para acompañar a la congregación, con corales armonizados por él mismo. En ella aparecen composiciones también de Joachim Decker, Jacob Praetorius y David Scheidemann, padre del famoso Heinrich. Junto con su homónimo Michael, podemos decir que es quien fundamentó la música para órgano del siglo XVII en Alemania.
De este Praetorius de hoy vamos a disfrutar su Magnificat quinti toni. Fue publicado en 1622 en su colección Cantiones Sacrae. Es una obra típicamente pensada para el tiempo de Navidad ya que en ella podemos apreciar que están integradas las melodías de In dulci jubilo y Joseph, lieber Joseph mein. La composición está escrita a ocho gloriosas voces divididas en dos coros de cuatro en un brillante estilo policoral al estilo veneciano. Tiene muchos momentos antifonales, es decir, texturas en las que unas voces se responden a otras y armonías que recuerdan a las audacias de Gesualdo por cuanto nos llevan a un lugar armónico inesperado. En fin, para una auténtica delicia.
La interpretación es de Siglo de Oro.