Ranas

¡Feliz jueves! A veces no estamos acostumbrados a escuchar música procedente de países de fuera de Europa, salvo quizá Estados Unidos. A menudo es complicado que su música se imponga entre nosotros pero desde más allá de nuestro continente hay compositores y intérpretes geniales, con música encantadora y con evidentes influencias europeas. Quien te traigo hoy destaca por ser una maravillosa intérprete pero también compone de una forma soberbia. ¡Hoy disfrutarás con esta música!

Te presento a Keiko Abe (1937), compositora e intérprete japonesa nacida en Tokio. Su instrumento es la marimba, siendo una solista de renombre internacional. Todo aquel que escucha a Abe tocar la marimba queda asombrado por su arte y su técnica y sin duda ha contribuido al éxito de su instrumento. Un misionero americano le enseñó la marimba por los años 50 y se quedó con él. Empezó tocando himnos arreglados para el instrumento y luego se lanzó a componer. Tras estudiar en la universidad de Tokio frecuentó algún grupo de música pop y luego se dedicó a compositores contemporáneos. Cada vez participaba más en programas de televisión y radio y en solo cinco años grabó treces discos. También diseña sus propias marimbas que luego le fabrica Yamaha; en 1971 obtuvieron una de cuatro octavas y tenía otros elementos como resonadores ajustables y un sonido más rico. En 1984 finalmente construyó el modelo de cinco octavas que es el que hoy se suele usar. Una pionera que también nos ha legado obras para este instrumento tan sutil; obras que van de las virtuosas a otras más modestas pero siempre con una sonoridad especial.

Hoy te traigo precisamente una obra para marimba titulada Ranas. Fue compuesta en 1958 y estrenada en la capital japonesa en 1964. Es la primera composición de Abe, y la primera para el instrumento a solo. Aparece en el repertorio de una gran multitud de solistas y estudiantes del instrumento. No es una composición demasiado difícil y tiene una duración bastante modesta. El intérprete tiene que usar cuatro baquetas (dos en cada mano) y hay rápidos cambios de tesituras y de velocidad, como si una rana estuviese saltando de aquí para allá. Evidentemente Abe, que sabe lo que se trae entre menos, requiere del intérprete diferentes técnicas y estilos y llegamos a escuchar incluso un coral.

La interpretación es de Keiko Abe a la marimba.

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