Reina del cielo, alégrate

Regina coeli, Berkeley

¡Feliz sábado! Vamos con la correspondiente ración de música mariana que aparece cada sábado. Esta semana ha sido bastante protagonista aquí el coro y hoy también va a ocurrir esto. El maestro que viene a acompañarnos lo hizo otra vez hace tiempo. Es uno de esos nombres que no han sido demasiado famosos, quizá sí en su país, pero que merecen un hueco en nuestro repertorio particular.

Lennox Berkeley

Me refiero a Lennox Berkeley (1903-1989), compositor británico nacido en Boars Hill. Sí ha dejado huella en su país en la música compuesta durante el siglo XX pero su música no ha trascendido demasiado las fronteras. Estudió francés en Oxford pero también se deleitó componiendo. Fue nada menos que Ravel quien le animó a seguir haciéndolo y le recomendó perfeccionar sus conocimientos con Nadia Boulanger. Asimiló rápidamente el estilo de la francesa hasta el punto que hasta lo imitó en sus obras. Mientras residía en París se convirtió al catolicismo y, de nuevo, ese hecho se reflejó en sus obras. De vuelta a Inglaterra, trabajó para la BBC y luego para la Royal Academy of Music, desde cuyo claustro recibió a alumnos como John Tavener y trabó amistad con Benjamin Britten; ello le hizo interesarse por las óperas. Durante sus últimos años de vida recibió merecidamente numerosos reconocimientos por su valía como maestro de varias generaciones y por la calidad de sus composiciones.

Disfrutemos de su antífona Regina coeli, laetare. La obra ha sido calificada de extravagante pero también está llena de humor. El maestro adorna la composición por medio de distintas interjecciones pascuales con ese aleluya lleno de esperanza. No se limita a una simple y plana repetición sino que ese refrán va cobrando cada vez más protagonismo y va ganando en intensidad. El motete se abre en forma luminosa pero poco a poco se va oscureciendo hasta casi preludiando el martirio y la muerte de Jesús, que fue llevado en el vientre de la Virgen. Todo ello parece un espejismo porque el brillo y el gozo regresa a la obra en sus compases finales, para poner un bello broche de oro. La obra pertenece a un conjunto de tres motetes con texto latino publicados en 1972.

La interpretación es de The Marian Consort.

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