¡Feliz sábado! Seguimos en Pascua y la antífona mariana que nos toca escuchar ahora es esta conocida de hoy. De hecho, es la que ha permanecido en la liturgia y de suele cantar con bastante asiduidad en las celebraciones pascuales. Viajemos unos siglos más atrás para disfrutar de una bella versión de la misma.

Hoy escucharemos una pieza de Jean-Baptiste Lully (1632-1687), compositor francés de nacimiento italiano el Florencia. De hecho, su nombre original era Giovanni Battista Lulli. Durante los siglos XVII y XVIII en los que le tocó vivir fue el responsable pleno de la ópera francesa. Tenía talentos múltiples ya que también era un reconocido violinista y bailarín. Su olfato para los negocios también debió estar desarrollado porque tenía el monopolio de la música en Francia, algo favorecido por su patrón el rey Luis XIV. Cuando se puso a componer óperas en la década de 1670 se encontró con que este género estaba en pañales en su país. Lully tomó los modelos italianos y les dio un aspecto totalmente nuevo desde el tamiz francés. En 1661 adquirió la ciudadanía francesa.

Disfrutemos de su motete Regina coeli, LWV 72. Es una obra compuesta para tres voces y bajo continuo y publicada en un manuscrito póstumo de 1713. La composición destila ambiente pascual por todos los sitios y las voces cantan con esa propia alegría. Las voces entran en imitación con una melodía ascendente que no es sino un jubiloso canto a la Virgen. Tras el primer aleluya Lully cambia a compás binario de forma que cuando aparecen otra vez los aleluyas finales escuchamos un verdadero grito de alegría. Una delicia.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de Les Arts Florissants dirigido por William Christie.