¡Feliz jueves! Cuando se conoce este barrio granadino uno queda fascinado por su riqueza, su colorido y su intenso sabor a flamenco profundo. Todo esto está recogido en la breve pieza de hoy, que viene de la mano de uno de los que mejores han sabido describir por medio de la música.

No es otro que Joaquín Turina (1882-1949), compositor español nacido en Sevilla. En 1930 era catedrático del conservatorio de Madrid, en la especialidad de composición. No eran fechas buenas y sufrió persecución por los republicanos durante la Guerra Civil, sin embargo, eso no le impidió seguir dedicándose a la música, cosa que más o menos hizo fluidamente. En 1941 fue nombrado el encargado de la comisión general de música del Ministerio de Educación. Si talento fue recompensado al ser admitido en la Academia de Bellas Artes y siendo condecorado con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio. Su música puede calificarse como nacional regionalista, aunque con menos universalidad que la de Falla. A pesar de todo, Turina es una figura capital en la música española de la primera mitad del siglo XX.

Disfrutemos de su pequeña pieza titulada Sacro-Monte, op. 55 n.º 5. Pertenece a la primera serie de sus Danzas Gitanas, op. 55. En la colección general podemos apreciar tanto la influencia de la escuela de César Franck como la de Claude Debussy. En muy poco tiempo, el maestro sevillano se las arregla para describir de una forma magistral la ebullición y el misterio que están presentes en ese barrio granadino. La composición tiene forma de una danza llamada farruca, con un ritmo muy intenso y bellamente manejado por el maestro.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Enzo Oliva al piano.