¡Feliz jueves! Creo que le dedico muchísima poca atención (por lo cual me disculpo) a las compositoras latinoamericadas. Para paliar la injusticia hoy traigo música de una de ellas y procuraré en un futuro prestarles más atención. Como he indicado varias veces, creo que es necesario que las mujeres tengan una presencia mucho mayor en todos los ambientes musicales porque su música merece mucho la pena.

Me centraré en María Granillo (1962), compositora mexicana nacida en Torreón. Su padre es ingeniero civil y pintor, por lo que nació en un ambiente artístico claro. Pronto empezó a recibir formación musicla, sobre todo en piano y guitarra, interesándose tanto en la música clásica como en la popular Latinoamericana. Estudió en la Universidad Autónoma de México y posteriormente en York, Inglaterra. En 2006 se doctoró en la British Columbia de Vancouver, Canadá, y desde entonces se dedica a la composicion y a la docencia casi en todos los niveles. Actualmente da clases donde se graduó, la UNAM, siendo también consejera del área de Humanidades. Su música es muy interpretada en su México natal y abarcan una gran cantidad de géneros, incluso la música para teatro, el cine y la danza.

Una de sus fabulosas obras se titula Salmos primarios. Es una cantata estrenada en 2012 y que tiene texto de Roberto López Moreno. Los temas predominante son el sonido, la música y los elementos naturales, representados por cuatro animales que dan título a cada una de sus partes: Iguana, Mantarraya, Cenzontle y Salamandra. Los precede una obertura y a esos cuatro movimientos la compositora los llama salmos. No solo la inspiran sino que usa algunos de sus textos para la sección coral. Granillo intenta (y lo consigue) traducir musicalmente las características físicas y sonoras de los distintos elementos. En sus palabras: «Mi idea era hacer con la música una serie de metáforas sonoras. Es decir, traducir las imágenes del poema en sonoridades, que la obra sonara a fuego, a agua, a aire, al espacio; hacer un poema cosmogónico vinculado al origen de la vida».

La interpretación es la Orquesta Filarmónica de la UNAM dirigida por José Guadalupe Flores.