Salve Regina

Salve Regina, Franco

¡Feliz sábado! Haciendo cuentas, nos falta escuchar esta semana algo de música española. Hoy vamos a escuchar una pieza de uno de esos que nacieron aquí pero que se marcharon a otras tierras para hacer carrera allí y, por tanto, casi tienen lo mismo de español que de esos países de acogida.

Catedral de México

Es Hernando Franco (1532-1585), compositor español nacido en la localidad pacense de Galizuela pero fallecido en México. Empezó cantando para la catedral de Segovia y su maestro allí fue el que le dio clases a Victoria en Ávila. Parece ser que llegó a Nueva España en 1554 pero no encontramos su nombre por ningún sitio hasta 1573, concretamente en Guatemala. En 1575 fue nombrado maestro de capilla de la catedral de México, templo que alcanzó altas cotas durante su puesto. Se llegó a decir que su calidad igualaba a los grandes maestros españoles. Cuando murió, fue enterrado en la propia catedral, detrás de la sede del virrey. Franco no ha dejado una gran cantidad de obras. Su polifonía es austera y su tratamiento de la disonancia y del cromatismo es conservador. Algo característico en sus composiciones es que en ellas se dobla a las voces con instrumentos, algo que también se llevó a cabo en España.

Disfrutemos de su Salve Regina. El maestro compone la pieza para cinco voces y, en la composición, alterna el canto llano con una polifonía austera (como es característico suyo) pero a la vez llena de luminosidad. Ese canto llano está tomado de Luys de Villafranca y fue publicado en Sevilla en 1565. La música de Franco es expansiva y amplia, aunque con cierta característica que podríamos llamar difusa. Para las últimas palabras de este canto mariano se recrea de una forma especial ya que se toma veinticinco compases para desgranar las tres últimas palabras del canto de la salve, consiguiendo una música expresiva y profunda.

La interpretación es del Coro de Cámara ProVoCanto.

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