Salve, Reina de los cielos

Ave Regina caelorum, Sisask

¡Feliz sábado! Para mí es muy agradable cuando encuentro a un nuevo compositor, sobre todo si es de la calidad que te traigo hoy. La tradición musical coral sin duda ha atraído a muchos maestros y han compuesto unas impresionantes composiciones. Hoy día no va la cosa por demasiadas complicaciones sino por atenerse a lo que el texto va diciendo para hacer que este y la música se adecúen perfectamente.

Urmas Sisask

Te presento a Urmas Sisask (1960), compositor estonio nacido en la localidad de Rapla. «El Universo fue creado por amor, hace 13.7 millones de años. Estrellas, galaxias, planetas, cometas y otras entidades cósmicas, incluidos nosotros, existen felizmente gracias a un gran amor. Los seres humanos fueron creados para sentir ese amor. El planeta Tierra es un imán de vida. El ser humano nace de las estrellas y también regresa a la estrellas. Por tanto, no me considero un compositor sino un transcriptor de música». Así se presenta este compositor que, aunque n lo parezca, es católico. Estudió en Tallinn y desde que se graduó trabaja en Jäneda. Allí hay un observatorio musical en la que Sisask ha colocado un planetario hecho por sí mismo. Por tanto, la gran mayoría de sus composiciones están dedicadas a los cuerpos celestes y las constelaciones. Ha compuesto en una gran cantidad de géneros, desde vocales a instrumentales, desde sacros a profanos. Su creación astro-musical está creada a partir de dos métodos: desde la experiencia que aportan las observaciones y desde las matemáticas que hay tras ellas.

Sisask nos ofrece hoy su antífona Ave Regna caelorum. Es una obra para coro mixto compuesta en 1988. Pertenece a una colección de veinticuatro obras religiosas corales que forman su opus 17. La composición de hoy se basa en el modo kumayoshi, que es el que se obtendría a partir de los hipotéticos valores sonoros de la rotación de los planetas. Sin embargo, lejos de parecer esto demasiado especulativo, Sisask hace uso además de un poderoso contrapunto que le da a la pieza una prestancia especial, además de un sonido especialmente exótico pero bello, lleno de luminosidad. Sin duda, los cielos a los que se refiere el título de la antífona debieron inspirar de una forma especial al maestro.

La interpretación es de S:t Jacobs Vocal Ensemble (Estocolmo) dirigido por Gary Graden.

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