Salve, estrella del mar

Ave Maris Stella, Frescobaldi

¡Feliz sábado! Llegamos una semana más a ese día en el que recordamos de una forma más especial a la Virgen, desde el punto de vista musical. Y muy conocido es el himno Ave Maris Stella, ¿verdad? Ese es el que te ofrezco hoy pero no será música vocal sino instrumental. Hace unos días te hablaba de cómo Bach admiraba a Vivaldi. Pues en su juventud también estudió mucho al italiano de hoy.

Girolamo Frescobaldi

Es Girolamo Frescobaldi (1583-1643), compositor italiano nacido en Ferrara. Sus obras para teclado están consideradas como de las más importantes de su época, y no solo en Italia. Es muy posible que su primer profesor fuese su padre pero pronto lo sobrepasó y su talento fue llevado a Luzzasco Luzzaschi. Con solo catorce años era organista en la Academia della Morte de su Ferrara natal y probó suerte en Roma, siendo contratado en Santa Maria in Trastevere. En 1608 aparecieron sus primeros volúmenes y ya era famoso en toda Europa. Ese mismo año fue nombrado organista de la capilla Julia del Vaticano. En 1612 entró al servicio del cardenal Aldobrandini y a partir de ahí empezó su periodo más fructífero como compositor. Su música para teclado fue pionera en muchos sentidos y sus obras circularon por casi todos los atriles de Europa. Fue profesor del organista vienés Johann Jacob Froberger.

Para teclado es precisamente su himno Ave Maris Stella. Fue publicado en una colección impresa en Roma en 1627 y reimpresa diez años más tarde. La obra está dividida en cuatro variaciones (versos, según el propio compositor). En la primera la melodía gregoriana aparece con compás y medio de diferencia en las dos voces superiores. En la segunda, el cantus firmus está en el bajo y sobre él suena un contrasujeto, usado en imitación. En la tercera, el canto del himno mariano es llevado por las dos voces extremas mientras que las intermedias suenan en inversión una de la otra. En la última, las dos voces graves se imitan y lo mismo hacen las superiores con el contrasujeto. La textura es totalmente original y es una perfecta prueba del famoso arte de Frescobaldi.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Luca Raggi al órgano Serassi de la catedral basílica de San Andrés en Mantua.

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