Salve para órgano

Salve de lleno, Aguilera de Heredia

¡Feliz sábado! Llegamos al sábado, en el que disfrutaremos de música dedicada a la Virgen. Además, vamos a encontrarnos con la obra de uno de nuestros grandes insignes músicos, a pesar de no ser uno de los nombres que nos vendrían a la mente cuando repasamos la lista de nuestros más queridos compositores. Pero bueno, como muestra aquí está el botón que te propongo hoy: esta es nuestras música, este es nuestro patrimonio.

La Seo de Zaragoza

Nos visita Sebastián Aguilera de Heredia (1561-1627), maestro español nacido en Zaragoza. Su producción se centró exclusivamente en la música religiosa y actualmente es conocido por su obra para órgano, siendo un ilustre representante de la escuela aragonesa del instrumento. Parece que estudió en su ciudad natal con Melchor Robledo y fue ordenado sacerdote en 1584. Un año después estaba trabajando para la catedral de Huesca, hasta 1603. Ese año se ocupó del que sería el trabajo para el resto de su vida: organista principal de la Seo zaragozana y allí compuso sus obras más famosas. Su reputación como organero fue también creciendo y construyó y asesoró la construcción de varios instrumentos. Entre sus discípulos contó con José Ximénez, quien llegó a ser su asistente en Zaragoza y quien terminaría sucediéndolo tras su muerte.

Escuchemos su Salve de lleno de primer tono. Desde el mismísimo principio podrás escuchar la entonación del canto de la salve que sirve de guía para toda la pieza. Lo de 'lleno' se refiere a un registro del instrumento en el que se usan varias hileras de tubos y suena con una gran potencia y sonoridad. En cuanto al primer tono, no es más que una forma de ordenar las notas, en este caso, correspondiéndose como el re menor pero sin el bemol en la armadura. El maestro utiliza la técnica de la disminución para variar el canto llano de la salve que, por otra parte, no es el habitual que cantamos. Lo que domina más de él es la entonación inicial, que luego se va intercalando entre la compleja polifonía y la agitación propia de esa técnica de la variación, que tanto partido le sacaron nuestros músicos.

La interpretación es de Jorge Colino Sigüenza al órgano de la iglesia de San Andrés de Valladolid.

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