¡Feliz sábado! De vez en cuando me gusta traer por aquí las antífonas marianas correspondientes al tiempo litúrgico del momento. No es la primera vez que presento la de hoy. Vendrá de la mano de un maestro muy influyente en su tiempo y que hoy día, a pesar de que se está recuperando mucho de él, no está todo lo presente que debiera. Su música, como la de hoy, demuestra su valía.

Me refiero a Johann Adolf Hasse (1699-1783), compositor alemán nacido en Bergedorf. En su tiempo era considerado el mejor compositor de óperas, tanto en Italia como en Alemania, y ello a pesar de Handel. Estudió en Hamburgo y su voz de tenor le permitió un puesto en la corte de Brunswick donde compuso su primera ópera con doce años. Tras ello viajó por Italia y tuvo oportunidad de estudiar con Alessandro Scarlatti en Nápoles. En 1730 compuso una ópera con libreto de Metastasio y tuvo éxito vital porque luego se casó y fue nombrado maestro de capilla en Dresde. Un año más tarde, el mismísimo Bach escucharía una de sus óperas por lo que el pretigio de Hasse no hacía más que aumentar. Estuvo muy vinculado a Federico el Grande, quien también se deleitaba escuchando las óperas del maestro.

Disfrutaremos de su Alma Redemptoris Mater, antífona mariana propia de este tiempo de Adviento; está compuesta para contralto, cuerdas y continuo. La obra está muy vinculada con el espíritu navideño y en ella podemos apreciar cómo Hasse mezcla, principalmente, tres estilos (¡nada menos!): el veneciano, el napolitano y el alemán, con una sabiduría propia de su grado artístico, hasta punto que llegó a eclipsar algo nada menos que a Vivaldi. Contemporáneos suyos se sorprendía de cómo allí donde el arte del veneciano debía brillar con luz propia, esta era cegada por la más intensa del sajón.

La interpretación es de Clint van der Linde junto con Les Muffatti.