Sinfonía pastoral

Sinfonía Pastoral, Beethoven

¡Feliz jueves! Creo que el título de la publicación te dice perfectamente qué compositor te traigo hoy, ¿no es cierto? La verdad es que sus sinfonías se han hecho todas tan famosas que las conocemos perfectamente, por lo menos en cuanto a títulos. La composición de hoy es una auténtica maravilla, como la gran mayoría de sus composiciones. Vamos a disfrutarla con detalle, saboreándola como se merece; nos recompensará.

Ludwig van Beethoven

Obviamente, te hablo de Ludwig van Beethoven (1770-1827), compositor alemán nacido en Bonn. El joven Ludwig estaba en Viena donde se encontró con Mozart (y el de Bonn opinó que el salzburgués tocaba con poco legado, de forma algo anticuada). A su vuelta se encontró a su madre muy enferma de tuberculosis, de lo que terminaría muriendo. En 1788 llegó a Bonn el conde de Waldstein, quien se convertiría en uno de sus mecenas. Este consiguió poner al maestro en el sitio que merecía. Interpretaba regularmente en casa de los Breuning, tocando a Bach, Mozart y Haydn, así como haciendo las delicias con sus improvisaciones. Parece que por esta época empezó a sufrir los raptus, es decir, como raptos que hacían que se aislase en su mundo, que le permitían estar a solas consigo mismo, con la naturaleza y en un lugar imaginario en el que se sentía feliz.

Una de sus obras más míticas es su Sinfonía n.º 6 en fa mayor, op. 68, subtitulada Pastoral. Comenzó a esbozarla en 1806 pero no la completó hasta dos años más tardes mientras estaba en Heiligenstadt, cerca de Viena. En su cuaderno anotó «recolecciones de la vida campestre, más una expresión de sentimientos que de descripción», por lo que ya tenemos una evidente declaración de intenciones. En el primer movimiento, Allegro ma non troppo, en forma sonata, los violines introducen los temas. Lleva la indicación «Despertar de alegres sentimientos en encontrarse en el campo». El segundo, «Escena junto al arroyo», es una sonata más relajada. En la coda, la flauta imita al ruiseñor, el oboe a la codorniz y el clarinete al cuco. El tercero, Allegro, «Animada reunión de campesinos» es un scherzo que desemboca sin pausa en el cuarto movimiento. Este es otro Allegro, «Relámpagos, tormenta», que describe perfectamente ese ambiente. Termina la obra con un Allegretto final, «Himno a los pastores», en forma de rondó. Incluye una parodia de músicos aficionados y termina con dos acordes en fortissimo.

La partitura de la sinfonía puedes descargarla aquí.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt dirigida por Andrés Orozco-Estrada.

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