¡Feliz viernes! De nuevo vamos a estar en compañía de una compositora que es una maga de los sonidos. De vez en cuando viene por aquí para maravillarnos con unos sonidos misteriosos, algo complejos, pero siempre fascinantes.

Es Sofiya Gubaidúlina (1931), compositora rusa nacida en la localidad de Chístopol. «Desde que era niña, mi objetivo ha sido ampliar el conocimiento, universalizarme, abarcar todo el mundo en su integridad», ha dicho la compositora. «El arte de la música es capaz de tocar y aproximarse al misterio y a las leyes del cosmos y del mundo», es otra de sus frases. «Creo que el arte de la música es capaz de influir en la sociedad a través de dos caminos. Por un lado es una consolación, una fuente de alegría. Y, por otro, la música puede elevar al “hombre” a unas esferas más altas, a un estado del alma más alto. Y abrir fuerzas ocultas en nuestra alma de las cuales no somos conscientes. Pero a partir de la música podemos aproximarnos y tocarlas»; una cita que casi nos recuerda a Boecio.

Vamos a escuchar su Klänge des Waldes, una composición que data de 1978 y está compuesta para flauta y piano. Las texturas de la misma nos llevan directamente a los sonidos del bosque. Los pájaros cantan, el agua fluye y las hojas suenan al ser agitadas por el viento. Como es habitual en la compositora, escuchamos el misterio puesto en música, que nos maravilla de principio a fin, en esta obra que se nos pasa en un suspiro dada su brevedad.

La interpretación es de Iwona Glinka (flauta) y Andreas Zafiropoulos (piano). Hay que hacer clic en el enlace para ver el vídeo directamente en YouTube.