Spleen



¡Feliz jueves! Espero que estés teniendo un buen comienzo de mes de mayo. Hoy toca la ración semanal de música compuesta por una mujer. Esta pequeña sección que tengo cada semana (en días distintos para que no sea algo predeterminado) creo que está deparando gratas sorpresas. Evidentemente está claro que mujeres compositoras las ha habido y las hay extraordinarias pero las obras que estamos conociendo de ella hace que tengamos que reivindicarlas muchísimo más.

Creo que ya ha aparecido por aquí alguna vez Olga Neuwirth (1968), compositora austríaca nacida en Graz. Estudió en la Academia de Música de Viena y en el Conservatorio de San Francisco y tuvo por profesores privados a Tristan Murail, y Luigi Nono. Poco a poco fue haciéndose un hueco en el panorama contemporáneo europeo, componiendo obras para grandes orquestas y directores como Pierre Boulez. En 2002 fue nombrada compositora en residencia del Festival de Lucerna. Explora una gran cantidad de formas y géneros, con obras llenas de color y de múltiples capas sonoras. En ellas suele mezclar música en vivo con electrónica y experiencias audiovisuales. Ha compuesto óperas y obras de otros géneros, como un concierto para piano y otras composiciones experimentales con electrónica en vivo. En 2010 recibió un premio importante ya que fue la primera mujer austríaca en recibir el "Premio Nacional Austríaco". Neuwirth está en la vanguardia de la música europea y mundial.

Hoy te traigo su obra titulada Spleen II, obra de 1999 compuesta para flauta baja sola. Se trata de la segunda parte de un ciclo de tres obras compuestas para tres instrumentos a solo. Como puedes imaginarte la compositora no pierde la ocasión de extraer todo el partido posible a un instrumento poco habitual, con ese sonido grave y profundo. Puede resultar algo difícil de escuchar pero es interesante ver cómo la compositora moldea el sonido y lo extrae de un instrumento que casi se funde con el intérprete. El término «spleen» puede referirse a dos conceptos. El primero es el bazo, nuestro órgano del cuerpo; el segundo, se relaciona con la melancolía, deduciéndose de él una palabra que hizo famosa Baudelaire en un poema.

La interpretación es de Thomas Frey a la flauta.

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