¡Feliz miércoles! Antes de que te quejes por mi insistencia a la hora de poner música procedente de Gran Bretaña te diré que hoy no te traigo a ningún compositor ni compositora de ese país. Es verdad que la inspiración le vendrá de allí (¡y de qué conocida melodía!) pero no he querido repetirme porque ayer escuchamos a Birtwistle. De todas formas, prepárate porque vamos a disfrutar.

Hoy está con nosotros Ludwig van Beethoven (1770-1827), compositor alemán nacido en Bonn. En diciembre de 1792 el compositor marchó a Viena. Inmediatamente solicitó una clase con Haydn y se puso en contacto con diversos patrones. Como curiosidad, estaba acostumbrado a escuchar apellido pronunciado como 'biet-hoffen' pero, ahora, en tierras austríacas, sonaba como 'be-toof-fen', algo que no le gustaba demasiado. Se le había aconsejado que en la capital se apuntase a clases de danza porque todos los vieneses sabían hacerlo. No hay constancia de que lo hiciese aunque posteriormente Czerny diría que Beethoven era tan capaz de bailar como él de cantar o tocar el violín con afinación (Czerny era un extraordinario pianista). Se dedicó a dar clases para pagarse la vida en una ciudad bastante más cara que Bonn.

Ya te he comentado alguna vez que el género beethoveniano por excelencia no era la sonata o la sinfonía sino el de las variaciones. Hoy vamos escuchar sus Siete variaciones sobre «God Save the King», WoO 78. Fueron compuestas casi de forma paralela a la tercera sinfonía (1804) y se basan, obviamente, en el himno británico. Presenta el tema de forma algo sombría pero poco a poco le va dando color en las diversas variaciones, sin perder nunca el respeto por la melodía original. La nobleza va apareciendo hasta que en las variaciones tercera y cuarta la melodía se llena de lirismo. En la quinta aparece el carácter soñador y casi romántico y en la sexta Beethoven nos muestra su energía. Termina la obra con gran brillantez.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Rudolf Buchbinder al piano.