Y la Virgen concibió

Ecce Virgo concipiet, Morales

¡Feliz sábado! Nos toca hoy la semanal ración de música española. A la hora de buscar algo de polifonía, el maestro de hoy es un recurrente para mí porque está considerado como una de las cumbres de ese arte. Su música siempre es sorprendente y siempre nos dice algo nuevo. Los grandes maestros siempre nos están interpelando.

Cristóbal de Morales

Nos interpelará por tanto hoy Cristóbal de Morales (1500-1553), compositor español nacido en Sevilla. Era conocido como «la luz de la música en España», que es como lo calificó el teórico Juan Bermudo, contemporáneo suyo. A pesar de ello conocemos muy poco de su vida aunque la musicología está profundizando cada vez más en su biografía. Su música se llegó a imprimir en lugares como Lyon, Wittenberg, Núremberg, Augsburgo, Amberes, Milán, Roma o Venecia por lo que Morales era conocido, cuanto menos, en toda Europa. Sin embargo, la edición de sus obras completas aún permanece incompleta, por lo que todo es algo paradójico. Su carrera la realizó principalmente en Roma. Se unión a la capilla papal del pontífice Paulo III en 1535, en mismo año en el que se le hizo el encargo a Miguel Ángel de pintar las paredes y los techos de la Capilla Sixtina.

Disfrutemos de su motete Ecce Virgo concipiet, a cuatro voces; se trata de un motete para el primer domingo de Adviento. Las dos voces agudas entran en dúo, en imitación a la octava con medio compás de diferencia. Las otras dos entran más tarde siguiendo un esquema similar pero a la cuarta después de compás y medio. La polifonía se va así entretejiendo y el maestro Morales introduce bellos melismas cuando se hace alusión al nombre de Jesús. Una especial solemnidad aparece en el momento en el que las voces cantan Deus fortis, para darle una especial relevancia a ese niño que nace desvalido pero fuerte porque es el hijo de Dios.

La partitura de la obra puede descargarse aquí.

La interpretación es de Bremen Weser-Renaissance dirigido por Manfred Cordes.

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