¡Feliz jueves! Cuando el amor es tan apasionado se llega a decir palabras como las que vamos a escuchar hoy puestas en música. En el Barroco sí que se exaltaba lo amoroso de esta forma tan intensa, tanto en la poesía como en los pentagramas, mezcla que vamos a disfrutar hoy.

Lo haremos de la mano de Barbara Strozzi (1619-1677), compositora italiana nacida en Venecia. Como he comentado varias veces, su nombre original era Barbara Valle y tuvo la suerte de ser de las pocas mujeres del siglo XVII en publicar sus propias composiciones. Su cambio de apellido se debe a que era la hija adoptiva (y posiblemente ilegítima) del poeta Giulio Strozzi y su sirviente Isabella Garzoni. La influencia del padre fue decisiva para lanzar a la hija a una exitosa carrera musical. Su padre creó un grupo de músicas al frente del cual puso a la hija quien también cantaba y, muy posiblemente, sus propias composiciones. Sin embargo, su presencia en la vida musical veneciana no era bien vista y fue ridiculizada en algunos escritos e incluso hay una pintura de Bernardo Strozzi (sin relación) en el que era dibujada sosteniendo una viola y con el pecho parcialmente desnudo.

Escuchemos su cantata titulada Sino alla morte. Pertenece a su obra Diporti di Euterpe, op. 7 de 1659. Es una obra singular en todos los aspectos, tanto en el texto como en la música. Una amante solo quiere estar con su amado y disfrutar de su belleza, aunque la nostalgia se está apropiando de ella. Como es habitual, la compositora nos ofrece una obra en la que la voz a veces declama más que canta, algo que era habitual en ese tipo de obras. Aquí Strozzi da un paso más adelante y casi difumina la frontera entre el recitativo y el aria, con continuos cambios de compás y recitativos que perfectamente reflejan el contenido arrebatado del texto.

La interpretación es de Mariví Blasco (soprano) y Juan Carlos Rivera (tiorba).