¡Feliz jueves! Ahora que estamos en este tiempo de verano, donde mejor se está al aire libre, a la sombra o cuando ya está oscureciendo y el sol no nos martiriza tanto. Vamos a escuchar hoy música que nos acompañará este momento refrescante.

La música de hoy es de Béla Bartók (1881-1945), compositor húngaro nacido en Nagyszentmiklós. Era tambén pianista, educador, etnomusicólogo, etc. Bartók es una de las figuras más influyentes del pasado siglo XX. Con solo cinco años empezó a tocar el piano y desde entonces no se separó del instrumento. Tras su graduación se embarcó en la etnomusicología junto con su amigo Zoltán Kodály. La modalidad y los ritmos complejos se asentaron en su música de una forma bastante radical. En la década de 1920 se dedicó a dar una gran cantidad de conciertos, pero la inestabilidad política hizo que se exiliase a Estados Unidos donde, además, continuamente estaba luchando con su precaria salud. Su personal estilo evolucionó desde diversas influencias como la de los clásicos y Debussy, aunque ese particular uso de la rítmica no fue igualado por nadie.

Escuchemos Al aire libre, Sz. 81, que es una composición para piano. Aunque hay quien dice que es una suite Bartók no la tocó nunca completa, sino siempre algunos movimientos sueltos. Utiliza el principio del arco que luego llevaría a su clímax en sus cuartetos y su Concierto para Orquesta. Además, es el primer ejemplo del maestro de música nocturna, con sonidos de grillos, insectos, viento, etc. Comienza con Con tambores y gaitas, y escuchamos el repiqueteo de ambos. Sigue una Barcarola cromática y sinuosa. Continúa con Musettes, que el maestro incluyó originalmente en una de sus sonatas para piano. Viene luego Música nocturna, la pieza más larga evocando el silencio nocturno y el sonido de las ranas. Termina con La caza con sus explosivos acordes llenos de fuerza.

La interpretación es de Zoltán Kocsis al piano.