Por los campos de España

Por los campos de España, Rodrigo

¡Feliz jueves! El compositor de hoy es posiblemente el primero que nos venga a la mente cuando nos preguntemos por un maestro español de un reputado prestigio. Su música se ha hecho famosa con toda justicia, aunque no todas gozan de ese reconocimiento.

Joaquín Rodrigo

Hablo de Joaquín Rodrigo (1901-1999), compositor español nacido en la localidad valenciana de Sagunto. Copio y pego una anécdota de su web oficial: dada la avanzada edad del compositor, éste se decidió a última hora a asistir al concierto [en el Teatro Monumental de Madrid]. En taquilla solamente quedaban escasas localidades de gallinero, y se sacaron tres para él, su hija Cecilia y su nieta Cecilia. A la hora convenida llegaron al teatro, donde rápidamente la gente se percató de la llegada del Maestro [...]. Pausadamente subieron hasta la última fila del tercer piso y se sentaron en sus butacas. Enseguida se propagó la noticia de dónde se encontraba el compositor, y cuando faltaban pocos minutos para comenzar el concierto, se oyó una voz potente que gritó: '¡El Maestro Rodrigo está en el gallinero!'. El revuelo que se organizó fue espectacular. Y a los pocos instantes apareció la gerente de la Orquesta para dar la bienvenida al compositor y plantearle que bajara a escuchar el concierto en el patio de butacas, pero ante el asombro de todos el Maestro no quiso moverse de su asiento, alegando que después de subir tantos escalones, de allí no le movía nadie, hasta el final.

Escuchemos su composición titulada Por los campos de España, obra para guitarra y que tiene forma de suite dividida en cinco partes. La primera es En los Trigales. Parece ser que el tema de la obra se basa en una jota zamorana y tiene fuertes influencias de Debussy. La segunda sección es Junto al Generalife. Aquí la influencia es directamente árabe, llena de sonidos y olores de ese increíble palacio nazarí. Sigue Bajando la Meseta, con referencia a Castilla La Mancha. Continúa con En tierras de Jerez. Rodrigo nos regala melodías memorables y una textura muy tersa y encantadora. Termina con Entre olivares. Comienza con acordes llenos de disonancias, aunque el tono general está lleno de fuerza y nos recuerda a los retorcidos troncos de los que salen el oro líquido como es el aceite de oliva.

La versión es de Jérémy Jouve a la guitarra.

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